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Klooster's bold leap into efficient packaging

Durante más de un siglo, la pescadería Klooster, una orgullosa empresa familiar de Enkhuizen, ha perfeccionado el arte del pescado ahumado. Conocida por su experiencia en el ahumado, procesado y embalaje de pescados de primera calidad, tanto para su propia marca como para marcas blancas, Klooster se ha forjado una reputación de calidad y tradición. Recientemente, dio un gran paso adelante en su proceso de embalaje al adoptar una nueva solución más eficiente que ha transformado sus operaciones. Este cambio ha generado grandes ventajas, como un aumento de la eficiencia, la reducción de recursos y la optimización del flujo de producción.

La búsqueda de Klooster de una solución de embalaje más inteligente

Procesar pescado ahumado no es tarea fácil. Es un proceso laborioso que comienza con la salmuera y el ahumado y termina con el fileteado manual y cuidadoso de cada pescado. El embalaje también ha sido tradicionalmente una tarea manual en Klooster. Antes, cada paquete se envolvía manualmente en sleeves de cartón, un paso que requería mucho tiempo para sus lotes más pequeños, que van de 500 a 1000 productos. Aunque la automatización es posible, no siempre resulta práctica para la escala a la que opera Klooster. Tijsen, director comercial de Klooster, explica: «Las cifras simplemente no justifican el coste de automatizar por completo el proceso de embalaje». Pero Klooster buscaba algo más: una solución de embalaje que no sólo mantuviera su calidad artesanal, sino que también permitiera contar con una imagen de marca atractiva y una mayor eficiencia en toda su línea de producción.

La eficiencia redefinida

Pero con el enfajado, la cosa cambia. Este innovador enfoque ofrece la flexibilidad que Klooster necesitaba. La enfajadora se ajusta fácilmente para adaptarse a diferentes tamaños de bandeja sin la molestia de cambiar de formato. Con una sola anchura de faja para todos los embalajes, cambiar de producto y rollo es sencillo y rápido.

«El proceso de enfajado es extraordinariamente eficiente», elogia Tijsen. Los operarios simplemente colocan el pescado envasado en una cinta transportadora, que lleva las bandejas a la enfajadora modular. Según la velocidad necesaria, la máquina puede equiparse con uno o más cabezales de enfajado. Klooster optó por una versión de doble cabezal, capaz de procesar hasta 40 paquetes por minuto. A medida que las bandejas avanzan por el sistema, un mecanismo de empuje las guía a su posición, y la máquina hace el resto: envuelve, ajusta, sella y corta la faja en un solo movimiento suave antes de enviar las bandejas a una cinta transportadora de descarga. Este proceso optimizado no solo aumenta la eficiencia, sino que también ofrece un embalaje de alta calidad constante, perfectamente adaptado a las necesidades de Klooster.

Cómo el enfajado transformó las operaciones de Klooster

El cambio al enfajado ha sido transformador para Klooster. Uno de los beneficios más inmediatos ha sido la reducción significativa del espacio de almacenamiento y producción necesario para almacenar los materiales de embalaje. Un solo rollo de papel para enfajado sustituye docenas de voluminosas cajas de sleeves de cartón, lo cual optimiza sus operaciones y libera mucho espacio valioso. La diferencia de peso también es notable: cada faja pesa tan solo 2 gramos en comparación con los 25 gramos de un sleeve, lo que reduce considerablemente el consumo de material.

Además, la precisión del proceso de enfajado garantiza que cada faja se coloque perfectamente y se mantenga firmemente en su sitio, una ventaja sobre los sleeves, que pueden moverse durante la manipulación. Pero quizás el mayor beneficio haya sido la velocidad. Con el enfajado, el proceso de embalaje es al menos el doble de rápido que deslizar manualmente los sleeves en las bandejas. Este aumento de eficiencia es crucial para Klooster, ya que se ajusta a su objetivo de obtener un retorno de la inversión en un plazo de cuatro a cinco años. Además, el proceso de enfajado no se ve afectado por la humedad, lo que garantiza resultados consistentes y de alta calidad en cualquier ambiente.

Klooster crece después de pasarse al enfajado

En la pescadería Klooster están encantados con su decisión de haberse pasado al enfajado. Al reflexionar sobre la transición, el director comercial Jac Tijsen expresa su satisfacción: «Desde que hicimos el cambio, hemos mejorado con una solución de embalaje más rápida y rentable». Al sustituir los sleeves tradicionales por las fajas, Klooster no sólo ha optimizado su proceso de embalaje, sino que también ha diferenciado sus productos con una imagen de marca única y creativa. Más allá de la eficiencia, esta decisión ha encaminado a la empresa hacia un futuro más sostenible, en perfecta sintonía con su compromiso con la innovación y la calidad.

 

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